27/11/08

MATANZA DE SANTA MARIA DE IQUIQUE

21 DE DICIEMBRE 2008 101 AÑOS DE LA PEOR MASACRE SUFRIDA POR LA CLASE OBRERA Introducción: La peor masacre de la historia de los movimientos obreros, ocurrió un 21 de diciembre de 1907, gobernaba el país el señor Pedro Montt, era un sistema de gobierno parlamentario, donde las reivindicaciones sociales aun no se hacían notar , ya que estos ( los trabajadores ) se encontraban en míseras condiciones laborales, de seguridad, de explotación de los trabajadores , mientras la economía del salitre estaba en su mayor apogeo, esto en la zona norte del país ;el gobierno para poder controlar estos eventos presionado de cierta forma por los empresarios mineros , para poder reprimir a estos manifestantes , que como se menciona en el titulo usaban la escuela santa Maria de Iquique para dormir , fueron fuertemente reprimidos de forma indiscriminada por las fuerzas armadas ,por parte del gobierno de Montt , las maniobras militares de represión fueron o estuvieron a cargo del general Roberto Silva Renard , ordenado por el entonces ministro del interior Rafael Sotomayor Gaete, este ordeno terminar las protestas matando a cientos de obreros y dando un trato muy duro a los sobrevivientes. Esto va como antecedente del nacimiento de los movimientos obreros en chile y de la sindicalización, ambos nacidos al interior de los movimientos de los obreros de las minas del salitre en Chile, y con esta matanza se logra en cierta forma aquietar los movimientos o paros que comenzaron, con el paro de Valparaíso en 1902, y el paro de Santiago de 1905. Antecedentes: cabe mencionar que la zona norte de Chile mas conocido como norte grande, esta constituida por el gran desierto de Atacama, uno de los desiertos más secos del mundo. Estos territorios fueron obtenidos por Chile, tras la guerra del pacifico ,junto con ellos se accedió a la zona de gran riqueza mineral, compuesta principalmente por yacimientos de cobre y de salitre , este ultimo se convertiría a fines del siglo XIX , en el principal puntal de la economía de Chile, siendo en el mundo su exclusivo productor ,siguiendo con un poco de historia ,cabe mencionar que las disputas o tensiones provocadas por el dominio de las minas , concluyo con el gobierno de Balmaceda en 1891,esto a raíz de una guerra civil entre dos bandos ,unos congresistas protegiendo los intereses chilenos y británicos apoyado por la armada ,vencieron a los que apoyaban a Balmaceda en su ideario de distribuir de forma mas social las ganancias del salitre.( ejercito). Los yacimientos se encontraban en la mitad de la pampa, denominación que se le da en Chile a la planicie existente entre el Océano Pacífico y los faldeos de la Cordillera de Los Andes. Según el censo de esos años en la provincia de Tarapacá habían mas menos 110.000 habitantes, en esta provincia y la de Antofagasta ,trabajaban cerca de 40.000 operarios , de los cuales cerca de 13.000 de ellos eran o provenían de Bolivia y el Perú , la vida en las minas era muy dura y el control se ejercía dentro de las minas en forma desmesurada, lo que provocaba un alto grado de vulnerabilidad de los trabajadores ante las arbitrariedades cometidas por los dueños, ya que este control desbordaba claramente el mero ámbito laboral de los trabajadores. La concentración de poderes era inmensa. Fuera de ser dueños de las viviendas obreras, las empresas contaban con un sistema policial propio, controlaban las pulperías y a todos aquellos que se dirigían a realizar negocios en las oficinas, establecieron un sistema exclusivo de pago por medio de fichas las cuales eran exclusivamente canjeables en las oficinas y negocios de su propiedad, y no dudaban en retrasar los pagos hasta por plazos de dos o tres meses. A principios del siglo XX, la cuestión social, en la región de Tarapacá empezó a manifestarse en el malestar de los obreros de las oficinas salitreras, que en distintas peticiones; reclamaban al Gobierno de Santiago atención y mejoras en sus condiciones de vida y laborales, las cuales eran deplorables. Pese a lo anterior, los gobiernos parlamentarios eran reacios a intervenir en las negociaciones entre empleadores y trabajadores. Pese a esto, tendieron a considerar a los movimientos de gran escala (especialmente si iban acompañados de demostraciones masivas) como rebeliones incipientes. Los hechos: Los obreros de las oficinas salitreras de la región norte de Tarapacá pararon todas sus actividades en las faenas, tras el deseo de conseguir mejoras en sus condiciones de vida y laborales, que eran deplorables. Entre sus peticiones estaba la eliminación del pago con fichas, jornales a tipo de cambio fijo, balanzas para los pesos y medidas para las pulperías, escuelas para los obreros, indemnización y desahucio, entre otras peticiones. A este movimiento se sumaron otras oficinas salitreras, entrando en huelga también casi todo el comercio e industria del norte del país. Los trabajadores en paro viajaron a la ciudad de Iquique, llegando el 16 de diciembre. Seis mil de los huelguistas acamparon en la escuela Santa María. A medida que avanzaba la huelga, más y más pamperos se unían a ella, llegándose a estimar que para el 21 de diciembre eran cerca de 10.000 (algunos incluso estiman 14.000). A los pocos días de haber llegado, este gran conglomerado de trabajadores estaba reunido en la plaza Manuel Montt y en el establecimiento de la Escuela Santa María, pidiendo al gobierno que actuara de mediador con los patrones de las firmas salitreras extranjeras (ingleses) para solucionar sus demandas. Lamentablemente los patrones se negaban a negociar debido a que los obreros aun no reanudaban sus actividades. Luego llegan órdenes de Santiago para que los manifestantes abandonaran la ciudad y regresaran a las salitreras. Los manifestantes se rehusaron, pues intuían que si regresaban a sus labores, sus peticiones serían ignoradas. El 21 de diciembre, el general Roberto Silva Renard, máxima autoridad militar de Tarapacá, actuó sobre la escuela Santa María con soldados del regimiento O’higgins y el apoyo de las ametralladoras del crucero Esmeralda. Frente a la creciente tensión que había ya entre los grupos, el 20 de diciembre de 1907 los dirigentes efectuaron una reunión con el intendente Carlos Eastman Quiroga. Mientras la reunión se efectuaba en la oficina salitrera Buenaventura, un grupo de obreros con sus familias trataron de abandonar el lugar y fueron acribillados en la línea férrea. Como resultado de esta acción 6 obreros murieron y los demás terminaron heridos. El 21 de diciembre de 1907 se efectuaron los funerales de los obreros, e inmediatamente después de concluir las ceremonias se les ordenó a todos los trabajadores que abandonaran las dependencias de la escuela y sus alrededores y se trasladaran a las casuchas del Club Hípico (Hipódromo). Los obreros se negaron a ir, temiendo ser cañoneados por los barcos que apuntaban el camino que deberían recorrer hacia el Club Hípico. Así pasaron varios días de negociaciones sin ningún resultado, ya que los dueños de las salitreras decían que solo negociarían cuando estos volvieran a sus labores. Por otro lado los trabajadores decían que si aceptaban este trato, sus peticiones serian ignoradas y sus condiciones de vida serian las mismas.Tras la negativa, las autoridades declararon el Estado de Sitio y las libertades constitucionales fueron suspendidas gracias a un decreto del intendente que se hizo publicar en la prensa escrita. El General Roberto Silva Renard junto al Coronel Ledesma tenían la misión de desalojar a los trabajadores en huelga. Se señaló a los dirigentes del comité de trabajadores que si no salían del edificio abrirían fuego contra ellos. Ante la negativa de éstos, el jefe militar ordenó a los soldados disparar. La multitud, desesperada y buscando escapar, se arrojó sobre la tropa y ésta repitió el fuego al que se le añadió el de las metralletas. Producto de esta acción murieron 195 personas y quedaron 390 heridos, según datos de Nicolás Palacios, testigo de la matanza. Otras fuentes contabilizan 3600 muertes. Los sobrevivientes de la matanza posteriormente fueron llevados literalmente a sablazos hasta el local del Club Hípico, y desde allí a la pampa (zona desértica del norte de Chile, comprendida entre las regiones de Tarapacá y Antofagasta), donde se les impuso un régimen de terror. El impacto social que produjo este acontecimiento obligó al gobierno de la época a dictar leyes sociales para comenzar a mejorar las condiciones laborales de los obreros. El Gral. Silva Renard solo ejecutó la orden de desalojo, pero el que dio la orden de disparar fue el Ministro del Interior Rafael Segundo Sotomayor Gaete. De las víctimas fatales, cerca del 60% eran peruanos y bolivianos. Las consecuencias de este hecho son claras. Las cifras de heridos y muertos no son menores, y de la forma en la que fueron muertos fue espantoso. Se puede sacar en limpio que desde ese momento se reformaría la forma de trabajo en las salitreras, ya que se promulgaron leyes que beneficiaron y mejoraron la calidad de vida de los obreros de las salitreras. Esta huelga tiene trascendencia histórica porque marcó el fin de la niñez política de los trabajadores chilenos: habría que luchar organizada y sindicalizadamente para lograr sus objetivos.

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